Manipulación o Mercenarios del poder político – policial.



Manipulación o Mercenarios del poder político – policial.
Uno de los problemas actuales más vistos en los últimos tiempos son los abusivos ascensos en los cargos de policías que, por decirlo vulgarmente, se cuelgan de cualquier partido político  buscando beneficios de índole personal o de ideologías político partidistas, con los consabidos movimientos internos de la jerga policía que traen consigo ascensos descalificados logrando puestos de poder, dinero en efectivo a través del mal manejo de fondos económicos policiales y protección política durante su permanencia en los puestos alcanzados.
Esta clase de nueva de seudopolicías ha generado cierto grado de conflictos internos con causas notorias que repercuten en la seguridad pública diaria y en las relaciones interpersonales de los efectivos policíacos, en último caso.
Estos bien llamados buchones de turnos se caracterizan por husmear entre sus pares las tendencias ideológicas y aportar, a su protector político, la mayor cantidad de datos sobre los lineamientos que la fuerza policial la actualidad. Este gasto o abuso de confianza sobre sus pares radica en la necesidad de ser reconocidos y aumentar un rango por sobre el otro, como si fuera un ranking de logros político policiales para alcanzar necesariamente.
No obstante ciertos políticos de turno los acomodan en sus relaciones hasta el punto de ser de total objeto de sus apetencias personales y políticas, en todos los casos responden a un acostumbrado sistema de preferencias y beneficios que no dejan de ser extremadamente abusivos e intolerantes.
Se presenta con mayor repercusión en los Jefes policiales que gestionan y elaboran estrategias muy audaces para poder lograr tales beneficios en muy corto plazo y con el consiguiente desgaste de internas político policiales, dejando de lado la premisa de los valores ético-policiales que caracteriza a este tipo de fuerzas que su única misión es combatir el delito en nuestra provincia.
Hoy, por ejemplo, vemos algunos Jefes de escasa antigüedad que intentan posicionarse bajo el sustento político social en camarillas o grupos de poder, que solo aspiran a sitios protegidos y de cierto grado de confort u status que denominamos” jefaturas de beneficios”.
Esta nueva clase de policías están llevando a cabo misiones del tipo conspirativas contra la política actual, involucrando situaciones tales como espionaje o terrorismo de suelo, persecuciones ideológicas entre sus pares y abuso de poder en todos los aspectos y por sobre sus pares. Movimientos que traen un profundo desgaste interno que demuestra en todos los casos que la conspiración no es solo contra las internas policíacas sino contra el Gobierno de turno.
La carrera policial ya se ha acabado y las perspectivas de alcanzar por motus propio una posición significativa ya es casi imposible. Entonces la vacuna antipolítica está funcionando como único modo de lograr alcanzar las metas y mejoras en dicha Institución.
Hoy se habla de gestiones de seguridad y no de planes de trabajos; hoy se habla de gestiones y apetencias individuales y no de trabajos mancomunados y  grupales. Este concepto nos alarma a la hora de que cada uno de los Policías de Mendoza están respondiendo a una ambigüedad de criterios que va a repercutir en un grado elevado de intolerancia en la seguridad pública de nuestro pueblo.
La manipulación llega a tal punto que en el ámbito policial, estos gestores (seudospolicías) introducen y comercializan con las tendencias políticas dentro y fuera de las filas policíacas, a tal punto de no respetar los parámetros formales ideológicos proselitistas del mismo partido de origen, llegando a introducirse en el seno de uno u otro partido político con sendas invitaciones a reuniones u ágapes fraternales, partiendo de la premisa que el objetivo final es posicionarse sobre el resto de los oficiales de carrera que bregan porque no exista la política en los temas diarios de seguridad y prevención.
La teoría conspirativa que está atravesando la Política actual nos habla de una transgresión notable de principios morales y éticos. La misma ha llegado a las Instituciones públicas como la Policía, que en ciertos casos coadyuga con los ideales antidemocráticos de vieja data, donde el que opina es clasificado tendenciosamente como transgresor al Ministerio policial de turno. La ley del Policía actualmente no permite que ningún policía esté afiliado a partido alguno. Hecho que desconcierta totalmente a la mayoría en tanto los actuales Jefes policíacos se encuentran afiliados moralmente y hacen de este juego un notable juego de ajedrez, donde las piezas caen y se mezclan abruptamente dentro de un seno de desconfianza.
Si en todo caso fuese con el mismo objetivo, los integrantes del grupo policial podrían participar en todo caso en un “juego de damas”, donde la diferencia radica en la premisa de igualdad, pero con ciertos opuestos, como debería estar sucediendo.

¿Los grupos policiales en la actualidad, a quién responden?



¿Los grupos policiales en la actualidad, a quién responden?
Que importante cuestionamiento nos lleva hoy a formularnos internamente para quien trabaja la Policía de Mendoza y por ende cuales son las necesidades o  tareas propias del servicio diario.
Entendiendo que cada Policía posee un marco referencial de conducta y a su vez vive una vida irreflexivamente hablando “oprimida”, donde es un ser social por naturaleza respondiendo a una historia que se apoya en el pensamiento dialéctico, pero carente de  libertad de expresión” dentro de su propia  Institución en la cual pasa más de la mitad de su vida.
Cuando se jubila recién interpreta la cantidad de horas que dedicó al servicio de la sociedad y entiende que está en la Argentina, país que no tiene presente a los gerontes, por el contrario los sacrifica con jubilaciones tan bajas que nos deja solo una reflexión, “un gobierno que no respeta al anciano como ser humano”.
Por supuesto, al igual que los grupos políticos que hoy controlan Mendoza en la luz o en las tinieblas, el Policía cambia progresivamente en su intelecto y crea anticuerpos permanentemente, pues a diferencia de los animales, los humanos no tienen instinto sino acto reflejo. Tal vez muchos Políticos de turno quieran hacer creer a la población que la Policía está llena de animales, trayendo antiguas reminiscencias del pasado, pero no nos olvidemos que el origen de los seres humanos es el mismo en todas partes del planeta tierra.
La complejidad y fuerza de equipo con que trabajan los grupos políticos no es la misma de los pequeños y dispersos grupos operativos policíacos. Un policía difícilmente pueda integrar una variedad de grupos civiles, por su escasa cantidad de tiempo y espacio. Por otra parte cuando el poder político se entera que se está formando un grupo de trabajo policíaco, lo interviene o interrumpe en cualquiera de las fases que atraviese el mismo, pues interpreta en su lectura funcional y por experiencia propia que los grupos policiales solamente pueden crearse para conspirar, ya que en política todo es agresividad y conspiración en busca del poder y status.
Las sociedades modernas deberían logran una autonomía de apertura en lo que se refiere a libertad de expresión de funcionarios públicos . Esto quiere decir que cualquier ciudadano o grupo social civil o del Estado puede posicionarse críticamente frente a una significación social determinada y proponer su modificación. Los Policías también tienen el derecho de crear o construir un aparato para pensar la realidad, pues no basta solamente con pertenecer a un campo simbólico, cerrado y obstruido por los Políticos del presente.
Ningún sistema es cerrado y producido para siempre, siempre deben estar abiertos a innovaciones. Los Policías debemos ser parte de estas innovaciones constantes.
El principal problema social es el nivel de distribución inequitativa del ingreso y la riqueza. El proceso de concentración de riqueza continúa aumentando la brecha. La Política social tradicionalmente siempre estuvo relacionada con la posibilidad de lograr mayores niveles de igualdad social. La construcción de una ciudadanía participativa y una justicia distributiva parece una panacea difícil de alcanzar. El abordaje del Policía debería ser uno de los más importantes para la construcción de esta sociedad justa e igualitaria.
El Estado se ha transformado en la nueva Nobleza por el goce de los privilegios “legítimos”, instituidos por el Estado mismo. La función pública se ha transformado en el negocio privado de cada funcionario. Esto lleva a los jóvenes actuales a identificar la política con prácticas delictivas y corruptas.
La expansión de la democracia significa la expansión de la ciudadanía participativa. En esta variable se encuentra inmersa la Policía de Mendoza y debe ser tratada como tal. Esperamos una seria reflexión para las modificaciones de la actual Ley de Policías de la Provincia de Mendoza.



¿Cómo vemos a nuestros dirigentes Políticos desde lo Policial?
¿Como modelos, objetos, rivales o acompañantes? Al responder la pregunta con otra pregunta tal vez es que nadie la haya formulado en tiempo y forma. Como “modelo” responde a nuestra idealización personal que nada tiene que ver con la elección de los profesionales de la seguridad y el pueblo en su conjunto, pero en este caso muchos de nosotros nos preguntamos ¿quiénes son estos señores políticos que intentan asesorar a la población en materia de seguridad pública? y ¿qué experiencia o historia tienen en materia de seguridad pública?; como “objetos” podemos relacionar los afectos y la interacción entre ambos grupos “policías y políticos” y en ningún caso encontramos relación alguna, salvo que muchos Políticos les hubiera gustado ser Policías, vestir de azul y usar un arma o la inversa; como “rivales” entramos en un sector bastante importante y diríamos concluyente en cuanto al prototipo en igualdades de condiciones existente y esto significa que ambos bandos tienen polos opuestos u objetivos diferentes pero muy diferenciados; tal vez el último punto de “acompañante” podría ser significante en este sentido, pues hace referencia a uno de las funciones más importantes que la Institución Política tendría que efectuar durante el período gubernamental, sostener a los Policías, no sometiéndolos con reglamentos y leyes absolutamente anticonstitucionales y tendenciosas para la Institución y para la población en conjunto.

¿Cuál es el temor de los Políticos que se desarrollen internas policiales o Jefes Políticos?
En la actualidad existen Policías que se encuentran alistados a Partidos Políticos oficialistas o no (mas adelante los daremos a conocer). Algunos no se diferencian, tienen y comparten los mismos ideales partidistas. Pero no nos olvidemos que ambos grupos responden a necesidades, tareas y finalidades distintas.
Los Políticos han madurado en la historia con mucha astucia, poseen cualidad de empatía. Esta condición refiere a la rotación o alternación de roles o liderazgo permanentemente, les permite cambiar de figuritas, aunque sean de distintos grupos políticos. Por eso cuando termina el mandato un Gobierno, la contra en su mayoría, no pierde el trabajo, por el contrario, algunos continúan en el mandato y otros son reasignados a otra función en un tercer o cuarto plano de compromiso. A los Policías no se les permite por la jerarquía verticalista, pero en la actualidad tenemos un centenar de ascensos a dedo producto de esta culturización obligada, los que cubren Jefaturas de privilegio cercanas a los Políticos que las condicionan y las dominan a su gusto.
La tendencia dice que prontamente existirán Comisarios  o Jefes policiales elegidos por su pueblo o comunidad. Pero al mismo tiempo los Políticos no van a permitir que esto ocurra. Si ocurriese esta situación, el Ministerio de Seguridad debería entregar o ceder ciertos derechos a los uniformados, tales como los puestos ganados desde la primera y última purga policial, a mi noble criterio, en dónde la necesidad de acomodar compromisos políticos en dicha sede, les vino de mil maravillas, por supuesto a costa de los uniformados que fueron expulsados de las filas, muchos de ellos acusados de pensar ideológicamente opuestamente al Gobierno de turno.
El ciudadano común ha ido creciendo en materia electiva y sabe que la Policía actualmente posee Comisario Inspectores y Generales del mismo color del partido político de turno. Esto quiere decir que la elección ya esta dada por la historia. No podemos negarnos a la realidad.



Manuel Belgrano

“Cupos de recargo policial”, un parche político irregular para la seguridad de Mendoza



“Cupos de recargo policial”, un parche político irregular para la seguridad de Mendoza. Primera parte
Ya han transcurrido casi dos años que los uniformados recordamos la última y por qué no vergonzosa pelea entre los Oficiales Superiores Oscar Perez y Armando Párraga. Una confrontación que terminó con ambos efectivos en la calle, el denunciante y el denunciado.

Qué lastima para los dos, pues en este proceso terminaron siendo víctimas de un sistema corrupto y nefasto implementado por el sistema político para adjudicar responsabilidades a estos roles tan ansiados por todos los uniformados. No viene a la memoria uno de los dichos de Angel Ganivet que cita: “La audacia se adquiere conociendo el mundo, y la discreción conociendo al hombre”. Al parecer ninguno de los dos directivos tuvo la astucia para salir airoso de la guillotina político policial. En conclusión los hombres de negro del Ministerio de Seguridad lograron adjudicarles la culpa del proceso a los uniformados, demostrando nuevamente que estos no podían seguir adelante en la gestión.
Voy a hacer una pequeña introducción de modificaciones o parches a este sistema corrupto, estructuralmente hablando, para ilustrarles lo nefasto del sistema: “Decreto-Acuerdo Nº 285 de fecha 16-03-1994, Decreto Nº 1783 del 11-11-1997 que habla sobre los viáticos extraordinarios para operativos especiales sustentado en la Ley Nº 6454 en su artículo 18º; Resolución Nº 06 del M.J.yS. del 03-01-2001; Resolución Nº 12-S del 15-12-2005; Resolución Nº 885-S del 19-05-2006; Resolución Nº 2350-S del 09-11-2006 (una de las más interesantes y contradictorias); Resolución Nº 2351-S del 0-11-2006; Resolución Nº 2381-S del 17-11-2006 (con cambios también contradictorios); Resolución Nº 1099-S del 10-08-2007; Resolución Nº 1681-S del 03-10-2007; Resolución Nº 114-S del 21-01-2008; Resolución Nº 651-S del 26-03-2008; Resolución Nº 1055-S de 29-05-2008; Resolución Nº 2527-S del 28-10-2008; Decreto Nº 3398 del 28-11-2008, y las últimas modificaciones hasta la fecha con los aumentos en los cupos de aproximadamente $ 2, 80 pesos per capita”.
La intención de mencionar tantas resoluciones y decretos es por la abusiva intervención del Gobierno en el sistema salarial del Policía con parches y decretos según la conveniencia política del momento. Creemos sinceramente que el haberles adjudicado el contralor a los Señores Jefes de dependencia del sistema de recargos o cupos dinerarios (que nada tienen de administradores contables) es para volver a adjudicar culpas a la hora de intervenirlos o investigarlos. Por supuesto que ninguno de los Oficiales Jefes analiza esta problemática desde este punto de vista y no hace nada para que esto cambie, seguidamente pasaré a explicarles por qué.
Por otra parte en algunas Resoluciones dan y quitan beneficios, hacen diferenciaciones entre 30 y 35 cupos entre distintos grupos tales como “Grupo Gris, Dirección Investigaciones, Inteligencia Criminal, etc.”, pues estos destinos están apadrinados en la actualidad por el Señor Juan Caleri. Nos referimos inter nos,  “destinos de protección”.
Para ilustrar a los lectores en los tiempos de Perez y Párraga la tendencia favorecía a efectivos policiales de Zona Este y Jefatura de Cuerpos Especiales de Mendoza; ahora la protección y los beneficios están orientados hacia los servicios de  inteligencia criminal e investigaciones complejas o especiales, íntimamente relacionadas con grupos político policiales apadrinados por Don Carlos Ciurca y asociados. Nos sorprende que Carlos Aranda no haya logrado todavía desvincularse de estas tendencias absolutistas e discriminatorias, evidentemente tendenciosa para el futuro policial.
También nos alarma que el PJ a pesar de tener un sólido concepto etimológico y formal de la palabra “compañero” siga juntando y acumulando funcionarios políticos policiales corruptos en el seno de la Institución policial. Pueden engañar a todo el mundo algún tiempo; pueden engañar a algunos todo el tiempo; pero no pueden engañar a todo el mundo todo el tiempo.
Hoy existen los mismos inconvenientes silenciados, pues si el Político de turno se entera que existe disociación de intereses establece un juego de aprietes mendaces fundado en estrictas necesidades de servicio, que en última instancia termina en el traslado del Jefe policial a un lugar con menos prestigio, fácil de comandar pero de menos categoría funcional. Hoy si usted no pertenece al grupo de confianza lo más probable es que se tenga que jubilar. Tal es el caso de muchos de los Comisarios Inspectores y Generales que ha resignado su futuro a la espera de una pronta y merecida jubilación.
Todas estas situaciones son evidentes y muy dañinas en esta Mendacicracia policial. Es alarmante ver la cantidad de jerarquías de mando que se han complotado y el manoseo ex profeso que se viene evidenciando en estos últimos años.
Volviendo al principio, si los Jefes policiales comenzaran a entenderse sería nocivo para la gestión política de turno en muchos aspectos.
Le mostramos los siguientes procedimientos y conflictos en estos parches económicos:
La Política utilizada en la administración de cupos de recargo es extremadamente abusiva e irregular. Toleran por Resolución desde 1 a 50 cupos per capita. Un máximo de 30 cupos en algunos estamentos y en otros hasta 35 cupos, según el grado de compromiso. El Director General de Policías asigna por Resolución cupos de recargo a los Comisarios Inspectores y Generales, norma que no hace referencia a la cantidad máxima tolerable para estas jerarquías superiores, por eso se habla de 40 y 50 respectivamente o más. Se desconocen los arreglos extraoficiales y en secreto.
Modifican constantemente el mecanismo de contralor, haciendo responsables de su ejecución a los Jefes policiales de Comisarías o Unidades policiales. El sistema crea constantes conflictos internos, que por ser deficiente e incontrolable, beneficia en primera instancia al Titular de dependencia para poder cumplir con la gran demanda de servicios diarios que le envían y en último caso al Policía que necesita ganar unos pesos más. Los efectivos recargados aceptan los mismos de mala gana, pues por lo general están cansados o tienen algún servicio extraordinario o algunos estudian.
Si un policía no saca cupos debe resignarse a algún tipo de discriminación interna como traslados repentinos, recargos obligatorios de servicio los fines de semana seguramente en alguna Cancha de fútbol (otro negociado que en otra ocasión trataremos), críticas intolerables de sus Jefes y reproches de sus pares en forma constante y permanente.
En el caso de algunas Direcciones de privilegios, como lo fue la Dirección de Aviación Policial, se juega con este beneficio a tal punto de no llevar registro alguno (libros de contralor), siendo manejado exclusivamente por el Director o quien haga sus veces como un recurso de extorsión personal o para beneficios totalmente insospechados, como:
Fondo común de la Unidad para gastos internos, compras de alimentos, repuestos de vehículos policiales, agasajos o ágapes para Jefes policiales, uniformes personales, etc.; en todos estos casos prima el estado de necesidad que no asume la repartición policial, pero también algunos grupos y en menor escala proceden a extorsionar al personal, jugando con este estado de necesidad, cargando una cantidad de cupos de recargo mentirosos a cambio de un porcentaje de los mismos que terminan en los bolsillos de los Jefes o superiores de turno. Son muchas las irregularidades existentes. Por supuesto que luego de que llega la denuncia a la Inspección General de Seguridad, el sistema crea anticuerpos naturales, comienzan los llamados telefónicos y las modificaciones de libros u en algunos casos el alejamiento (traslado) del denunciante a otro destino, sometiéndole el apodo de “Buchón”.
El juego está diseñado para que los Jefes puedan tener cierto control sobre los Policías y el estamento Político pueda sobrevivir intertanto dure su gestión con la menor cantidad de delitos ocurridos. Es un juego constante de estadísticas apretadas, donde ciertos Jefes se juegan la cabeza constantemente hasta el grado de complicarse severamente la salud con niveles alarmantes de estrés laboral.  Pero al parecer los negociados son bastante interesantes. Nadie sacrifica nada por nada.
Lo que no sabe la gente común es que es tanta la demanda de servicios policiales, que esta metodología es un parche político provisorio que trae como consecuencia policías muertos de sueño, cansados, agotados, mal comidos, agresivos o de mal carácter, resignados a pasar el tiempo lo más desapercibido posible, con altos niveles de estrés laboral, problemas de salud, etc.., siendo un peligro par sí mismos y para la sociedad en su conjunto. Nos basta con remitirnos a la gran cantidad vehículos policiales chocados en los últimos meses y la gran cantidad de policías accidentados e inclusive fallecidos por este flagelo.
Este año se llegaron a liquidar 138.000 cupos a razón de $48 pesos por cada uno. En 7.000 policías en la Provincia alcanzarían 20 cupos per capita, u 80 horas extras u 10 días más de trabajo por mes.
De esta cifra alarmante un porcentaje significativo se lo llevan los encuentros futbolísticos de Mendoza. Otro flagelo que agobia y beneficia solo a un porcentaje reducido de beneficiarios. En el camino muchos policías comprueban que este tipo de eventos no les son pagados, pues el sistema está corrupto y la carga difiere del pago en uno o dos meses. Esto hace que cada policía pierda el control de sus recargos con el concerniente desgaste funcional que trae hacer un reclamo por la vía jerárquica administrativa.
Señores ya está todo estudiado en esta Policía, lo único que hay que hacer es destapar la olla y si algún funcionario político se quema lo más seguro es que ruede una cabeza policial o un grupo reducido de pensantes.
Tantas veces nos pasa que vivimos la vida encadenados y ni siquiera nos enteramos de que tenemos la llave del candado.
Continúa…



Manuel Belgrano

Recurso humano mal administrado en la Policía de Mendoza




¿La Policía administra bien el recurso humano de acuerdo al ámbito de desempeño policial y el lugar donde habita el policía y su familia?

¿Policías de Las Paz, San Rafael, Tupungato, etc. trabajando en Capital? El recurso humano más maltratado afecta a la Seguridad pública.


Recurso humano mal administrado en la Policía de Mendoza, ¿será verdad?

En la Policía se sabe decir que mientras más traslados tienes, más eficiente y capaz eres. Una situación bastante absurda e ignorante, pues el que mucho abarca poco aprieta. La ciudadanía quiere tener policías especializados por zona de operatividad; esto quiere decir que lo aconsejable sería tener policías “baqueanos” de una zona operacional determinada y no policías turistas circunstanciales. Cuando el Policía empieza a conocer los sectores de patrullaje que le fueran asignados, toma confianza y comienza a ser efectiva su tarea de prevención. Pero al poco tiempo viene una manota policial superior, vanidosa, envidiosa y burocrática y firma su traslado a cualquier otro sitio, mientras más lejos mejor. Ni hablar si eres eficiente y los resultados llegan a oídos de tu superior, mediocre y envidioso, pues éste se encargará de pasarte la brocha gorda por la Jefatura Departamental que dependas y sacarte hacia el destino más insólito que puedas conocer.

Ni hablar si dentro de la escala jerárquica surgen subalternos con más capacidad que los mismos Jefes actuales, lo más probable es que el “efecto envidia” les lleve por el mismo camino, rumbo incierto. Tenemos que tener en cuenta en este análisis que la administración en esta materia está en manos politizadas e ineficientes. Pero lo triste que el sistema depende de las observaciones subjetivas del individuo-policía y no de lo eficiente o eficaz que es el Policía en cuestión.
Hoy en día los abusos de poder en los traslados de personal son muy notorios. El manoseo permanente produce serios inconvenientes en la administración interna de toda la Policía, trayendo consigo trastornos que no solo afectan al individuo que le competa, sino que se resiente el servicio de seguridad en todo su esplendor.
Tal es la desidia reinante que podríamos enumerar como ejemplo a más de un centenar de Policías originarios del Sur y Este mendocino que trabajan en Capital, Godoy Cruz, Guaymallén y Las Heras, con un desgaste humano alarmante a la hora de buscar mecanismos eficientes para con la prevención del delito.
Policías que se pasan la mayoría del tiempo viajando en colectivos de larga distancia dependiendo de las Empresas de colectivos y la buena voluntad de sus choferes para que los transporten. Este tema habla de una falta de visión en la incorporación, administración y puesta en escena del recurso humano en la Provincia.
Si estudiamos todos los casos veremos una notable coincidencia, el actuar desidioso por parte de la Dirección de Recursos Humanos del Ministerio de Seguridad, quien delega su responsabilidad en los encargados o Jefes de turno. Vemos también que la Institución Policial por ser una Institución no convocante, no protege los derechos individuales de cada policía ni mejora las condiciones de vida dentro de la repartición, por el contrario atropella permanentemente los derechos policíacos, los pasa por encima y para colmo realiza un comercio humano interno vinculado directamente con la ignorancia administrativa y una falta de criterios elevados en Administración de Empresas.

EN MENDOZA FALTAN POLICÍAS EN PREVENCIÓN


EN MENDOZA FALTAN POLICÍAS EN PREVENCIÓN.

La mala administración del recurso humano y logístico provoca desgastes en gran parte de la población policial que trabaja como Policía de Seguridad.

“Lo malo es que el Gobierno y las oposiciones furiosas no luchan por principios y buenas administraciones, sino por puestos públicos”. El Ministerio de Seguridad posee esta orientación desde la sanción de las Leyes 6722 y 6721. Es notable ver la existencia de todos los partidos políticos diseminados por los pasillos del Edificio de calle Salta y Huergo. Esto habla de una notable lucha interna en la consecución de puestos de trabajo de una gestión a otra. Cuatro años de Gobierno no alcanzan para mejorar el sistema en su totalidad y cada gestión acomete contra los mismos planes o proyectos que se vienen ejecutando. La Política de seguridad entonces está experimentando no solo con el recurso humano mal administrado por la falta de ingreso a la repartición, sino también por una deficiente visión de futuro y seriedad”
“Los abusos en los recursos de la Institución Policial, no solo involucran al Policía como sujeto activo y concreto del mismo, sino al deficiente manejo de recursos logísticos tales como helicópteros, cámaras de observación y filmación recientemente adquiridas, camionetas doble tracción para zonas urbanas, adquisición de armamento de puño para ciertas áreas de privilegio que no tienen nada que ver con las tareas de prevención, adquisición de muebles y computadoras de dudosa procedencia, y muchos otros más.
Durante los últimos quince años, Mendoza venía evidenciando un progresivo decaimiento en materia de seguridad pública, que hasta el momento había sido el pilar donde descansaba todo el orden político y público de la provincia. Transcurrieron entonces una serie de planes y proyectos sobre cómo combatir este flagelo social denominado “inseguridad”, distinto del aquel modelo que versaba sobre la Doctrina de la Seguridad Nacional.
Lo que en ciertos momentos de la historia era una necesidad imperiosa mejorar la seguridad externa del país, hoy por el contrario pareciera que transitáramos una etapa similar al modelo burocrático profesional de los años 40 y 50 donde la corrupción se encontraba en la cúpula de mando del sistema verticalista policial. Hay cierto grado de parentesco en la actualidad.
Hoy con el auge de la globalización, nos sorprende la cantidad de metodologías que hemos venido experimentando para bajar esta sensación de inseguridad que acosa a la población en su conjunto. Muchos métodos tales como Policía comunitaria, Policía puerta a puerta, Policía de proximidad, Policía para resolución de problemas, y muchos otros más, están siendo reutilizados constantemente como un juego político de ensayo y error, jugando con la ciudadanía que son los terceros perjudicados en este sistema político.
Hoy vemos como los distintos Jefes de Policías Distritales y Departamentales tratan de inventar individualmente algún nuevo método o sistema que le sirva de pantalla para lograr objetivos notables en su carrera, que nada tienen que ver con mejorar la inseguridad de la población de Mendoza. Es el caso de las distintas Unidades de Patrullaje de creación política que les dependen y una notable desidia sobre las Unidades Operativas menores, bien llamadas Comisaría, que hoy no son tenidas en cuenta para nada en materia de “Policía de Seguridad”, habiéndolas disminuido notablemente en su capacidad operativa por la gran escases de Policías en toda la provincia.
Por otro lado los Cuerpos Especiales, que cumplen una función específica para con la protección del Gobierno policial y el régimen político pertinente, que por tener una historia relacionada directamente con antiguos modismos represores, hoy detectamos con mucho desagrado que parecieran pertenecer a otro bloque policial con mayores beneficios y mejores condiciones laborales que el resto. En algunos momentos de la historia estos bloques policíacos denominados antidisturbios trabajaron exclusivamente para reprimir y contener desmanes sociales en las calles de Mendoza protegiendo a las autoridades políticas del momento. Lo cierto es que operan desde un ámbito más hermético y con una estructura netamente semi-militarizada.
Pero la realidad social es otra, la gran mayoría de estos bloques policías no se han adaptado a estos tiempos. Podemos decir que los cambios sociales no les han llegado y la diferencia laboral es enorme. Específicamente existen todavía en su seno Unidades más reducidas como Compañía Motorizada, Unidad Motorizada de Acción Rápida y Unidad Ciclística que poseen una significativa población de policías aptos para desempeñas tareas netamente preventivas.
A la población mendocina le vendría muy bien adquirir más policías en las calles para prevenir el delito y no tantos para lucir la boina en ciertas ocasiones políticas de rigor, u en algunos casos mostrarse ante la gente, haciendo alarde de su presencia policial en Grupos o bloques de una misma identidad policíaca.
En materia de contención social y disturbios de idéntica naturaleza basta con la presencia de los Cuerpos de Infantes, Caballos, Canes y perros, como equipos específicos para dicha tarea, como siempre lo han sido.
En síntesis, los Cuerpos Especiales no están compartiendo el pan de la seguridad con el resto de los Policías convencionales que arriesgan día y noche sus vidas en procura de uno o varios malhechores. Y lo más triste es que este tipo de discriminación está haciendo daño a todo el recurso humano policial distribuído en la Provincia. La ciudadanía en su totalidad desconoce esta situación porque solo ve la mitad de la moneda. De todas formas Señores Comisarios Inspectores, el prestigio de una Institución se construye para la gente común, en pos de la seguridad interna de la Provincia y no para adquirir prestigio y poderío individual ante los ojos del sistema político actual.

¿Cuál es el punto más importante de esta historia realmente alarmante y desorganizada?

Es hacer perderle la identidad al Policía con la creación de muchas células de seguridad que tapan aparentes baches en la organización interna del sistema político policial reinante. Todo se arregla con una nueva Unidad, que en definitiva en algunos casos termina siendo “un tapa rabo provisorio” y lo más triste es que disminuye la cantidad de policías que hacen Seguridad y prevención en las calles de Mendoza. Esto trae consigo otro problema de fondo que son los excesivos recargos laborales de los efectivos que si trabajan en prevención, pues sus pares se encuentran tareas politizadas y cómodas.

¿Cuál es el mejor modelo policial para la seguridad actual?

Quizás este interrogante deba ser el eslogan de una campaña política en el futuro, o por el contrario, tal vez sea el desencadenante de mecanismo rápidos y efectivos para empezar a cambiar las estructuras internas separatistas que tiene la Policía de Mendoza en su seno. El hecho de que muchas unidades especiales, por así decirlo, estén para sorprender a la gente en los momentos políticos que más sean necesarios, no quita que en estos tiempos de multiplicidad de necesidades sociales, los policías convencionales de calle tengan una ayuda significativa en materia de recursos humanos, con una importante reestructuración de las viejas y famosas Comisarías, que tan necesarias son en estos tiempos de inseguridad. Reforzar este tipo de Unidades sería optimizar los recursos humanos y sectorizar la mano de obra en forma equitativa.

¿Existen diferencias o internas entre las distintas unidades, cuerpos, policías convencionales o especialidades en la fuerza policial?

Si existen y en demasía. Las diferencias radican en ciertos lugares de privilegio, amparados por Jefes que en cierta manera usan a la fuerza como trampolín jerárquico y político para alcanzar un nivel de status y comodidad personal. Si bien las especialidades no existen orgánicamente en la fuerza, ni se encuentran tipificadas en la Ley Policial, cada hombre policía se capacita externamente en alguna función que le reditúe algún tipo de diferenciación con el resto o por simple gusto o placer de alcanzar una meta propia. En definitiva el ser especial no es la cuestión en concreto, por el contrario lo notable es la falta de perspectiva que posee la Direccion de Recursos Humanos en la clasificación, selección y administración del recurso humano en toda la provincia. Por ejemplo existen policías con títulos especializados en Criminalística, Abogacía, Recursos Humanos, Pilotos de helicópteros, Aviadores civiles, Analistas de sistema, Instructores de Montaña, y muchas otras profesiones más que se desempeñan en cualquier ámbito policial y menos en el cual fueron capacitados.
Vemos también que el artículo 26 de la Ley 6722 establece un listado de cuerpos, grupos, compañías y unidades policiales, aglutinadas con el nombre Cuerpos Especiales. Tal vez en otros tiempos era necesario contar con estos recursos diferenciados por la especialidad, por las dudas que fuera necesario proteger al régimen impuesto por el Gobierno. Hoy por el contrario la premisa está puesta en bajar la inseguridad en las calles de las distintas ciudades de Mendoza. Participar masivamente con el ciudadano en mecanismos de prevención ciudadana. Ya no es necesario un Policía armado hasta los dientes con cara de Gurka, por el contrario se necesitan policías sociabilizados, que interactúen con el medio en que se desempeñan, policías que ganen la calle en todo sentido.
En Mendoza nos basta con tener ciertas especialidades anti-tumultos para disuadir en caso de extrema necesidad. De ninguna manera hoy en día podemos tener tanto recurso humano diferenciado habiendo tanta necesidad de contar con Policías de prevención en las distintas Comisarías, Subcomisarías y Unidades Operativas en cada Departamental. Podríamos decir que todavía existen ciertos resabios mentales del pasado que conllevan a conservar estos destinos de privilegios, que hasta en ciertos momentos de la historia policial llegaron a tener un poder de extremada magnitud, siendo altamente peligrosos desde el punto de visto estratégico y operacional.
A la hora de ser eficientes en la administración pecamos de ignorantes cuando decimos que los Cuerpos Especiales son especiales porque son distintos, y a la hora de la verdad esta función tan necesaria en un momento de la historia, hoy tiende a ser no tan necesaria y deficiente.

“El pesimista se queja del viento; el optimista espera que cambie; el realista ajusta las velas”
¿Cuál es la posición actual de nuestro Ministerio de Seguridad?



Manuel Belgrano

Las estratagemas políticas y su influencia en la Policía de Mendoza. Líneas de supervivencia policial.



Las estratagemas políticas y su influencia en la Policía de Mendoza. Líneas de supervivencia policial.
“las estratagemas son los actos que tienen por objeto inducir a error a un adversario o hacerle cometer imprudencias, pero que no infringen ninguna norma de derecho internacional aplicable en los conflictos armados, ni son pérfidos ya que no apelan a la buena fe de un adversario con respecto a protección prevista en ese derecho” Protocolo I de 1977, Convenciones de Ginebra.
El velo y el engaño contribuyen a la seguridad y favorecen la obtención de la sorpresa, aumentando las posibilidades de éxito al distorsionar la percepción que el adversario tiene de la realidad y procurar inducirlo a accionar de modo tal que favorezca las propias operaciones.
¿Hay estratagemas e internas entre las fuerzas político  policiales?
Sin dudas. Pero cuando con anterioridad a la reforma policial respondían a gestores policiales de carrera, hoy por el contrario responden a gestores políticos policiales de tercera categoría, denominados “padrinos políticos”. Este término no es muy utilizado por las fuerzas del orden, pero es en realidad el más digerible en este sistema corrupto de influencias.
Los Políticos son hábiles en dominar las artes de la simulación y el disimulo. Crean apariencias para confundir y engañar a cualquier persona, ocultan sus verdaderas disposiciones y sus intenciones últimas. Su blanco principal es el ánimo del adversario y la situación victoriosa, un producto de su imaginación creadora.
Los cráneos políticos no se involucran totalmente en este juego. Salen en escena haciéndose las víctimas y atestiguando que ellos ya habían detectado el problema o conflicto con anterioridad. Si pueden en tiempo y forma dejan el cargo para no quemarse política ni públicamente. Sobran ejemplos en la cartera de Seguridad, utilizada como trampolín a futuras aspiraciones.
Los Policías que estuvieron involucrados en gestiones anteriores fueron marcados por fuego. Sin dudas que cada uno de ellos fue puesto en observación con una lupa prejuiciosa. Si quieren pueden consultarles a los policías custodios del Señor Ex Gobernador Cobos, o a los Jefes que trabajaron en lineamientos de la Unión Cívica Radical, o algún policía que fuera chofer de funcionarios políticos pasados. Esta lastimadura profesional  está siendo ocasionada por la defectuosa política institucional, no por la gente común ni por funcionarios que piensan distinto e interpretan a la institución, sino por POLÍTICOS muy inteligentes y tramposos (sin escrúpulos), que persiguen en sus cargos un trampolín para gestiones futuras. De mejorar la Policía, ni hablar.
Todas las gestiones políticas van tras lo mismo “PODER”. Son profesionales del manejo de ignorantes. Esta miseria humana corrompe y molesta a las fuerzas policíacas que trabajan todo el día en pos de bajar los niveles de inseguridad en la Provincia. Esta fuerza política ha encontrado realmente un lugar donde habita el egocentrismo, la miseria y la ambición desmedida, “la Policía de Mendoza”.
¿Cuánto vale la camiseta de Comisario Inspector o General?
Algunos al parecer piensan que al obtenerla van a gozar de privilegios extraordinarios, combustible gratis para toda la familia, vehículo policial y chofer a gusto y elección, comida gratis en restaurantes y reuniones sociales con gente influyente, aumento salarial significativo, secretarias auxiliares jovencitas que los abaniquen, y muchas ilusiones más. Pero este condimento no basta. La realidad es ésta y otra. Se terminó la carrera policial y ahora tienes que pactar con una de la fuerza más poderosa del mundo, la política.
Si eres inteligente y astuto te ponen el poncho en alguna Departamental alejada de la urbe principal de Mendoza. Por el contrario si eres ambicioso y obsecuente te ponen el poncho a no más de diez kilómetros de la Capital de Mendoza. La diferencia oscila en que la Capital te ven muchos más.
Pero la realidad es que a ninguno de los Jefes actuales los van a dejar entrar en sus círculos de confianza, a pesar de ser invitados de honor diariamente en el banquete del poder mendocino. El que piense distinto es un iluso.
Es una institución propensa a corromperse. Es una institución que se encuentra tan abandonada por el Gobierno que hasta es utilizada para campañas políticas, como la misma gesta del Señor Celso Jaque. Una total vergüenza para los ciudadanos.
No debemos olvidar que la Policía de Mendoza es el fiel reflejo de la sociedad en que vivimos.
¿Cuáles son las líneas de trabajo de preferencias?
En la fuerza policial existen líneas de trabajo que responden a gestores políticos. Los policías se posicionan entre sus pares de acuerdo a su capacidad de influir de alguna manera en estos grupos políticos que intentan ir adquiriendo adeptos constantemente.
El objetivo es poder lograr en muy pocos años ascensos y lugares de privilegio. Ni hablar de programar seguridad para la Provincia, esto queda en un segundo plano, el objetivo es obtener  “poder”. Esta meta demanda cuatro años o más y permite lograr beneficios económicos y profesionales de notable envergadura.
El juego comienza desde la cúpula policial realizando maniobras de “identificación de confianza”. Esta identificación lleva un arduo trabajo, es lento y progresivo en sus comienzos, luego se torna agresivo e inmanejable. Los gestores políticos no siempre son efectivos policiales de alto rango, pueden ser de mediano o bajo rango pero con una gran capacidad de contactos que en algunos momentos llegan a ser tan representativos o superiores que los Jefes de turno, logrando interferir en la toma de decisiones sobre seguridad en la Provincia. Algunos ascienden y logran los destinos a gusto y elección.
¿Cómo hacen estos gestores para lograr sus objetivos?
Sembrando división y molestias entre sus pares. Hay muchos mecanismos más identificables. Si uno de estos gestores de confianza alcanza un lugar de privilegio debe aguantarlo hasta poder cederlo a alguien de su entera confianza o en último caso se pierde. Algunas veces los políticos le sueltan la mano públicamente y lo escrachan periodísticamente hablando. Pero son los menos. Este es el caso del ex Jefe de Inteligencia Criminal que lo posicionaron con el mismo rango en un lugar alejado y de menos riesgo y el otro es el ex Jefe de Departamental Capital que lo entregaron a la opinión pública.
Ambos casos fueron llevaros a la prensa mediante un debate. Muchos medios periodísticos hoy están aguantando a funcionarios de dudosa moralidad, que en otras ocasiones o circunstancias hubieran sido escrachados durante más de una semana en algún medio de prensa escrito. ¿les recuerda algo?.
¿Cuál es el mecanismo de inclusión que tienen los uniformados?
El tráfico de influencias es total. Para agruparse se toman la molestia de organizar cenas y almuerzos sin costo alguno para los invitados de honor. Esta es una característica policial aprendida a través de muchos años. Por  lo general la comida predilecta es el asado o ternera con cuero (últimamente se puso de moda el Guanaco) con vinos seguramente pedidos a algún civil influyente del medio social. Por eso siempre alguien de los organizadores sacrifica un fin de semana a la noche para ir a cazar el banquete y disminuir los costos; ¿les parece alguna situación similar últimamente vivida entre las filas policíacas?
La ciudadanía intenta encontrar una explicación a todas estas situaciones desgastantes de una Institución vapuleada por los distintos gobiernos de turno.
Sería necesario que algún Diputado o Senador de la provincia o de la Nación investigue la Institución policial históricamente y proponga desvincularla del sistema político actual. La clase política actual no comprende realmente el daño que le está ocasionando a los uniformados. Si siguen así será severo e irreversible. Tal vez este sea el escenario de destrucción paulatina de las Instituciones que avasallaron y golpearon a esta linea de conducción política, que demuestran tomar venganza destruyendo lentamente a ciertas organizaciones.
Creo sinceramente que no debe ser así, pues de lo contrario no ha habido evolución de nuestros políticos argentinos.
Este tratado no intenta llevar al plano del conflicto o enfrentamiento, por el contrario es intención privilegiar el buen uso de la razón y no al ejercicio de la fuerza física o moral.
BASTA!


Manuel Belgrano

Mínima intervención penal: pacto político policial, ¿quién queda al descubierto?



Mínima intervención penal:  pacto político policial, ¿quién queda al descubierto?
Los mendocinos.
Esta tendencia representa una grave decadencia del pensamiento. Esto resulta muy peligroso para las garantías limitadoras del poder represivo estatal y del ejercicio del poder arbitrario de las agencias del sistema penal.
¿Entonces en Mendoza existe abolicionismo penal?
El abolicionismo niega la legitimidad de los sistemas penales, tal cual operan en la realidad social actual solucionando los conflictos por instancias o mecanismo informales. El abolicionismo que referimos surge como resultado de la crítica sociológica al sistema penal.
¿Estos pactos policiales – crimen organizado son parte de la Política Criminal?
Hoy en día nos preguntamos, si tras formas aparentemente democráticas ¿no se estará filtrando el viejo modelo revestido de nuevos conceptos y nuevas palabras?. Esto es cíclico y repetitivo, porque el hombre no termina de definir un concepto elevado de superación como especie.
Si establecemos la idea de individuo y de sociedad por separado, hablamos de responsabilidad individual con el adicional de la libertad y por otro lado los pactos sociales. En un plano inferior se encuentra el delito, la pena y el delincuente que no es más ni menos que el resultado de la aplicación del Derecho Penal.
Si trabajamos tangencialmente sobre los factores que provocan el delito, minimizamos las penas, la violación al Pacto Social no va a terminar en castigo, terminaría en acciones más alentadoras. Pero muchos funcionarios, legisladores, diputados, senadores, docentes, etc. desconocen estructuralmente que el Sistema Penal bajo este concepto liberal tiene por fin último la defensa de la sociedad, que en definitiva retroalimenta el sistema humano de convivencia.
No es necesario cambiar las estructuras de estudio, es necesario cambiar los esquemas mentales de interpretación. La pena surge de leyes, y cada artículo de cada ley ¿está concebido de una filosofía netamente reparadora?.  Dentro del sistema está el delincuente que está dotado de conciencia y libre albedrío; es aquí donde entran a jugar valores, propios del psiquismo social en cuanto a la mala interpretación de las relaciones entre aquellos que intentan contener al sistema y aquellos que lo transgreden. Pero si miramos el perfil delictual de Mendoza nos encontramos con una relación directa ligada con planes de Política proselitista,  y en este plano funcionarios entran a hilar fino entre la frontera del bien o mal.
La anomía está presente en cada Institución del Estado, entonces ¿podemos llegar a componer el sistema desde los conceptos de una teoría materialista, económica política, de la desviación de los comportamientos sociales negativos y de la criminalización?.
Es muy importante para un Gobierno llegar a definir o formular o constituir una anticipación teórica criminal que permita trazar los primeros lineamientos de una política alternativa o varias en conjunto, para una sociedad aparentemente democrática en todos los niveles. Muchas instituciones como la policial, tienen esquemas antidemocráticos totales; es aquí una de las cuestiones  a definir pues una fuerza tan compleja ha perdido identidad dentro del esquema social, se quedó en el tiempo producto de no haber concluido totalmente su transformación; nunca hubo una perspectiva clara definida en materia de recursos humanos, pero la cuestión es poder reconocer que sus Jefes y no líderes atienden necesidades políticas, por consejo de la administración política que los sustenta. Hay que intervenir este sistema antes de que se desnaturalice.
¿Qué hacemos entonces respecto de los convenios y pactos manejados por policías políticos en Mendoza?
No podemos ir al choque ni a la variante judicial de un día para otro. Tenemos una gran ventaja sobre muchos otros países latinoamericanos, que todavía las Instituciones han sobrevivido en función de sus integrantes que integran estas subculturas viciadas por la misma sociedad.
Cabe como misión o meta invertir las relaciones de hegemonía que en el plano jurídico poseen los sectores dominantes. Una relación paradójica en tanto esta relación de hegemonía  no solo se verifica en el plano de lo político, donde por el contrario la dominación por parte de las clases en el poder se ejerce en muchos de nuestros países sudamericanos, despojada de los requisitos de legitimación y consenso.
Por último es dable destacar que el uso del poder penal está sometido a las reglas de puja política de cada país, donde cada sector político va a tratar de influir en la formulación y configuración de políticas criminales; por eso es sumamente importante y trascendental que los Señores Justicialistas, Radicales, Demócratas, Concertadores, Socialistas, etc de nuestra querida Mendoza se pongan a trabajar para realizar un cambio profundo y drástico en materia de Seguridad pública.
Señores logren atender esta causa porque Mendoza y su gente necesita creer en los acuerdos políticos o hegemónicos de todos los sectores o partidos políticos de nuestra provincia.
No creo que sea una utopía.

Manuel Belgrano